La transición municipal en Hondarribia (1973-1979) -II


Como ya hemos visto anteriormente, a principios de septiembre de 1976 se produjo la dimisión del Ayuntamiento de Hondarribia a raíz de la muerte de Josu Zabala. La actitud municipal no era nueva. Previamente, por motivos relacionados con intervenciones de las fuerzas del orden, ya habían presentado su dimisión varios ayuntamientos guipuzcoanos. Previamente lo habían hecho los de Rentería, el 20 de julio y el de Pasajes (el alcalde) que lo hizo el 11 de septiembre. El Ayuntamiento de Estella, a raíz de los sucesos de Montejurra del 8 de mayo de 1976, también había presentado su dimisión al no darse una respuesta satisfactoria a lo ocurrido en la localidad navarra

El mismo día que el Ayuntamiento dimitió, se reunieron, en una sesión de urgencia en Mondragón, catorce ayuntamientos guipuzcoanos para elaborar un texto que debía ser sometido a acuerdo en la sesión extraordinaria, que celebrarían sus respectivas corporaciones, y en el que solicitaban la dimisión del gobernador civil. El escrito fue presentado al gobernador civil de Guipúzcoa el día 10 de septiembre por una comisión de los ayuntamientos, pero no acudió la alcaldesa de Hondarribia, quien debía presidir la comisión alegando problemas de salud. En dicha entrevista, según recogió “El País”, el gobernador les pidió que retirasen la solicitud de su dimisión. Los alcaldes, tras reunirse en Hernani, modificaron el texto que quedó de la siguiente manera:

“La escalada de violencia oficial en nuestra provincia en los últimos días es causa de gravísima preocupación en el pueblo. Los sucesos de pacíficas reuniones y manifestaciones con empleo de la máxima violencia, sin excluir, el recurso al empleo de las armas de fuego se ha convertido en costumbre en las fuerzas de orden público.

Los sucesos del domingo en San Sebastián, con dos heridos de bala; el empleo de la fuerza más injusta contra los asistentes a una fiesta popular en la plaza de la Constitución el mismo día; la disolución de la Tamborrada -fiesta típica donostiarra-, el martes, y los sangrientos sucesos de Fuenterrabía y Pasajes registrados los pasados días 8 y 9 -que han producido cinco heridos graves y que culminan con la muerte, mediante un tiro, del joven Jesús María Zabala- revelan la existencia de un designio de verdadera provocación a nuestro pueblo.

Consecuente con los sucesos relatados, esta presidencia propone al pleno de la corporación la adopción de las siguientes medidas:

1. Solidarizarse con las dolorosas circunstancias que está viviendo la corporación y el pueblo de Fuenterrabía.

2. Denunciar ante la opinión pública la brutalidad de la represión oficial de los más elementales derechos.

3. Previa información auténtica y veraz de los hechos, reclamar la exigencia de responsabilidades de los autores causantes y responsables de los sucesos denunciados.

4. Dirigirse a los poderes públicos a fin de que, ofrezcan a los ayuntamientos garantías firmes y seguras de que la fuerza pública no repetirá este tipo de actuaciones.

5. Mostrar al Rey y al presidente del Gobierno nuestra total disconformidad con la actuación del gobernador civil de Guipúzcoa, director general de la Guardia Civil, director general de Seguridad y ministro de la Gemación por el fracaso de su gestión política ante el pueblo.

6. Pedir al resto de las corporaciones municipales la adopción de los mismos acuerdos.»

El texto corregido fue aprobado por los  ayuntamientos guipuzcoanos de Hondarribia (aunque no existe un acta municipal que lo refrende), Mondragón, Legazpia, Eibar, Bergara, Hernani, Usurbil, Aretxabaleta, Azpeitia, Azkoitia, Gabiria, Zaldibia, Oiartzun, Urretxu, Elgeta, Escoriatza, Ormaiztegui y Zegama. Posteriormente, el once de septiembre se unieron los de  Tolosa, Ordizia y Zarauz.

Mientras esto ocurría, en Hondarribia, el 10 de septiembre fue una jornada de luto. Los establecimientos públicos y los bares permanecieron cerrados. En muchos balcones de la Marina se colocaron colgaduras blancas con crespones y el paso de vecinos por el lugar donde cayó herido Zabala era constante y se produjeron paros laborales en Hondarribia, Irún, Rentería y Pasajes, así como en Lesaka, donde trabajaba el joven muerto y que se extendieron por Navarra y Vizcaya. Ese mismo día se celebró en la iglesia del Juncal de Irún el funeral. Éste fue concelebrado por prácticamente por todos los sacerdotes de Irún y Fuenterrabía, y al que, según la prensa asistieron entre 10.000 y 15.00 personas. Al finalizar el mismo se produjo una manifestación pacífica y silenciosa por la zona que terminó con cargas de los  antidisturbios. 

El día 11 de septiembre se celebró en la iglesia parroquial de Hondarribia el funeral por Jesús María Zabala con la asistencia de la alcaldesa y de los concejales, que fueron recibidos con una ovación por parte de los presentes. Al acabar el funeral se celebró una nueva manifestación, esta vez sin incidentes y encabezada por la alcaldesa, que se dirigió al lugar donde murió Zabala. Al llegar a las cercanías del callejón donde se había producido el tiroteo hicieron acto de presencia las fuerzas antidisturbios que ordenaron que se detuviese la marcha. La alcaldesa y algunos miembros de la corporación municipal dialogaron durante breves instantes con los mandos policiales, que se mantuvieron inflexibles. Ante esta actitud, la alcaldesa invitó a los presentes a rezar allí mismo el padrenuestro que pensaban rezar ante el túmulo, para disolverse a continuación, como efectivamente hizo la gran mayoría.  El día 13 de septiembre de 1976, de manera paralela a los actos que conmemoraban el XL aniversario de la “liberación” de San Sebastián, se convocó una huelga general que tuvo un amplio seguimiento.

Los sucesos de Hondarribia tuvieron una amplia repercusión. El diario “El País” publicó el 15 de septiembre una editorial titulada “Después de Fuenterrabía” en la que advierte que si el Gobierno insistía, ante la gravedad de la situación en el País Vasco, “en la represión como única medida a tomar; si desprecian el sentido de la movilización cívica; si no reconocen con los hechos, y no sólo con las palabras, que el fenómeno vasco -como la situación de España toda- requiere soluciones políticas inmediatas, podremos decir finalmente que todos los propósitos de democracia resultan vanos y todas las promesas, fugaces, pues frente a la fuerza de la razón la autoridad sólo exhibe, una vez más, la razón de su fuerza”. Incluso el moderado “ABC” reconocía que “las manifestaciones públicas de protesta son disueltas con una contundencia no conocida en los últimos tres meses” a la vez que demandaba, frente a lo que el diario denomina “desórdenes callejeros”, “aplicar métodos de lucha que siendo eficaces no provoquen tragedias como la de Fuenterrabía”.

El 9 de octubre de 1976 el diario “Informaciones” publicaba la noticia de la supuesta vuelta de la alcaldesa a su puesto. Según el mencionado diario Mercedes Iridoy, habría comunicado a través de una llamada telefónica al grupo de los 27 alcaldes guipuzcoanos “que una vez que finalice las vacaciones que está pasando en Canarias se reintegrará a su alcaldía. Mercedes Iridoy ha manifestado al mismo tiempo su solidaridad total”.  Según la prensa este cambio de actitud se debería “a la nueva orientación que ha tomado la política a todos los niveles, a partir del atentado del pasado lunes en San Sebastián, con el balance de cinco muertos” en referencia al atentado en el que fue asesinado el presidente de la Diputación Provincial de Guipúzcoa –José María Araluce Villar- su conductor y tres miembros de su escolta el 4 de octubre de 1976. Finalmente, el rumor no se confirmó y la actividad municipal de Hondarribia se paralizó entre el 9 de septiembre de 1976  y el 15 de abril de 1977. En ese periodo tuvo lugar un hecho fundamental para el proceso democratizador, la aprobación de la Ley de Reforma Política por las Cortes franquistas. El texto suponía su desaparición y abrió el camino a la celebración de elecciones libres en España. La ley fue sometida a referéndum el 15 de diciembre de 1976. Pese a que la oposición se inclinó por la abstención en el referéndum, ésta no fue especialmente intensa En Hondarribia, con una participación del más del 56% del censo electoral, la participación fue de las mayores de la provincia, tan solo superada por Irún y Olaberría, y con un porcentaje  superior al de San Sebastián que alcanzó el 49% de participación. De los votos emitidos en Hondarribia el sí fue abrumador con un 99% del total. A pesar de ello el bloqueo municipal se prolongó en la ciudad durante unos meses más como veremos.

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