La Euskal Etxea y el origen del nacionalismo vasco en Hondarribia.
Para el caso del Bidasoa podemos seguir el detallado
estudio de Mikel Zabaleta que documenta la primera noticia de éste en
Hondarribia en 1897, cuando el sacerdote de Jesús María de Etxeberría apareció
como subscriptor de “Baserritarra”, la publicación sucesora de “Bizkaitarra”
creada por Sabino Arana, lo cual no significa que el sacerdote mencionado
formara parte posteriormente del nacionalismo vasco.
El nacionalismo vasco comenzó su expansión por
Gipuzkoa en 1904, pero hasta 1907 no se puede encontrar ninguna referencia a
Hondarribia. En el semanario “Gipuzkoarra” del 6 de julio de 1907 se publicó
una crónica firmada por “Jelondarrabitarra” en la que denuncia que “Ondarribia
es uno de los pueblos que más sufre el azote latino, sin duda por la proximidad
a Irún y por la política exótica que allí se desarrolla” en referencia a la
presencia de republicanos y socialistas en la villa. En la misma crónica se denuncia
que la vida política de la ciudad era una pugna entre “labordistas” y
“antilabordistas” y que el nacionalismo era inexistente en la ciudad.
El desarrollo del
nacionalismo, tal como expone Mikel Zabaleta, se produjo años de la mano de Claudio
Sagarzazu Sagarzazu “Satarka”, poeta euskaldun y hermano de Francisco Sagarzazu
que luego, en la dictadura de Primo de Rivera, sería alcalde. Claudio Sagarzazu
escribía desde 1917 en el diario “Euskadi” pero en escasas ocasiones sus
crónicas hacían referencia a la política. De todos modos, en los primeros pasos
orgánicos del nacionalismo en Hondarribia estuvo presente.
La prueba es que en la
reunión del 1 de enero de 1919, que supuso la creación de la primera Junta
Municipal del PNV, ésta se celebró en el número 13 de la calle Tiendas, la antigua fonda de los padres de Sagarzazu.
En la misma se eligió la primera dirección nacionalista de Hondarribia que
estuvo integrada por Claudio Sagarzazu como presidente, Pedro Ortiz Goñi
secretario, Eduardo Echeveste tesorero, Tiburcio Aramburu Yrastorza recaudador
y Dionisio Ortiz de Mendizábal y Pedro García Ortiz como vocales. Todos de
Hondarribia, excepto el último que era nacido en Irún y relativamente jóvenes
ya que el de más edad, Pedro García tenía 47 años y el más joven –Tiburcio
Aramburu, tan solo veinte. Esto nos puede llevar a pensar que el nacionalismo,
en cierta medida, nació como una respuesta de la población más joven ante el
labordismo y como reflejo de la la vida política de Hondarribia en los primeros
años del siglo XX, que se caracterizó por la división en dos bandos; los labordistas
y los antilabordistas. Dos grupos –como indica Mikel Zabaleta- “indefinidos
ideológicamente” y centrados en el control de la vida municipal para favorecer
sus propios intereses. El nacionalismo, desde sus primeros momentos, apostó por
la regeneración de la política y pudo atraer a la juventud y sectores
interesados en romper la dinámica política tradicional. Esto explica la posible
filiación nacionalista de los hermanos Sagarzarzu vista su trayectoria
posterior. A pesar de su trayectoria posterior, es imposible negar que en el
origen del nacionalismo en Hondarribia se situaron los hermanos Sagarzazu. La
dirección de la organización recayó en Claudio Sagarzazu e iba a ser su hermano
Francisco quien iba a ocupar los primeros puestos institucionales del
nacionalismo en Hondarribia.
Pese a que pueda parecer
polémico queda demostrada la vinculación de Francisco Sagarzazu con el
nacionalismo en los primeros años de su actividad política. El mismo año que el
nacionalismo se organizó en Hondarribia, el año 1919, Francisco Sagarzazu hizo
su irrupción en la vida pública de la ciudad en octubre. Fue al contestar la
encuesta del Ayuntamiento, presidido por el liberal Juan Jáuregui, en la que se
pedían sugerencias a las “fuerzas vivas” para el desarrollo de la ciudad, a la
que Sagarzazu respondió con un documento titulado “Noticia del Informe
presentado al Excmo. Ayuntamiento de Fuenterrabía” y en
el que esbozaba las líneas generales de lo que luego sería su alcaldía.
La presencia
institucional del nacionalismo y el acceso definitivo de Francisco Sagarzazu a
la política se produjeron en las elecciones municipales de 1920. Fruto de un
pacto, en el que las diversas fuerzas políticas se repartieron los cargos
municipales, se aplicó el artículo 29 de la Ley Electoral de 1907 por lo cual
no se celebraron los comicios. En este acuerdo se incluyó a los nacionalistas
que fueron representados por Francisco Sagarzazu, a quien el corresponsal del
diario “Euskadi en Hondarribia –Izarzelai- consideró “el primer concejal
abertzale de la ciudad: “gizon jakintsu ta argia”. La idea de la pertenencia de
Francisco Sagarzazu al nacionalismo se refuerza por el hecho de que el bautismo
de la quinta hija de Francisco Sagarzazu y su esposa, Edurne Sagarzazu
Urtizberea (1920-2007), fue saludado por el diario nacionalista “Euzkadi” como
el primer bautizo euskérico de Hondarribia.
La llegada de la
dictadura de Primo de Rivera, en septiembre de 1923, supuso un frenazo en el
desarrollo del nacionalismo en Hondarribia y un importante bandazo político de su
representante municipal, que pasó a ser el más claro representante de la
dictadura en la ciudad. El nacionalismo, a su vez, entró en una especie de
letargo político durante la dictadura que coincidió con una crisis interna de
la que solo saldría en noviembre de 1930, tras la Asamblea de Vergara, meses
antes de la proclamación de la II República, en la que no hubo representación
de Hondarribia.
Con la proclamación de la
II República el nacionalismo resurgió y contó con cuatro concejales tras las
elecciones de abril de 1931. Desde el punto de vista organizativo los esfuerzos
se dirigieron hacia contar con una sede propia. El nacionalismo ya había
contado con una primera sede, inaugurada a finales de 1919 en la casa
“Nere-Neria”, en la calle Javier Ugarte, y cuya junta siguió siendo presidida
por Claudio Sagarzazu durante 1919 y 1920. En la II República la sede se
trasladó a la Marina, de acuerdo con la dinámica de la población, y se inauguró
la nueva sede, la Euskal Etxea de la calle San Pedro. La apertura de la sede
nacionalista tuvo lugar el 26 de junio de 1931, a escasos días de las primeras
elecciones legislativas de la II República, y se prolongó a lo largo de toda la
jornada. Los actos comenzaron con la recepción de las delegaciones de otros
municipios que acudieron a la ciudad. Se celebró una misa mayor en la que tomó
parte el sacerdote, y propagandista nacionalista, José Ariztimuño “Aitzol”. El
acto central de la inauguración fue un mitin en el frontón municipal en el que
intervino Telesforo Monzón.
Desde el punto de vista organizativo el primer presidente
de la Euzko Etxea de Hondarribia fue Fernando Artola Sagarzazu. La presencia
orgánica del nacionalismo se completó con la inauguración, en diciembre de 1931
del local de Emakume Abertzale Batza cuya primera presidenta fue la maestra
Pilar Lizarazu. La presencia del nacionalismo en Hondarribia se completó con
una sección de Euzko Nekazarien Bazkuna, sindicato agrario nacionalista.
Durante la II República el PNV y las opciones
conservadoras mantuvieron una dura pugna electoral, Al comenzar la Guerra Civil
el PNV se integró en la junta de defensa de Hondarribia, con los partidos de
izquierda, tomando parte en las diferentes comisarías que se organizaron en la
ciudad. Tras la evacuación de septiembre de 1936 el nacionalismo, al igual que
el resto de las fuerzas políticas que se mantuvieron fieles a la República, desapareció
como organización hasta el restablecimiento de la democracia en 1977. En las
primeras elecciones municipales democráticas, en abril de 1979, el PNV, con
nueve concejales, logró la mayoría absoluta.
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