Jesús Carrera Olascoaga: un comunista de Hondarribia.
En este mes de enero se ha cumplido el 76 aniversario de la muerte del militante comunista Jesús Carrera Olascoaga, único hondarrabitarra fusilado como consecuencia de la represión franquista tras la Guerra Civil y del que ofrecemos una semblanza en estas páginas.
Jesús
Carrera Olascoaga nació en Hondarribia el 17 de agosto de 1911 y era hijo de José Carrera y de Carmen
Olascoaga, residentes en la calle Norte 1 del casco histórico de la ciudad. Su
militancia política comenzó en la UGT de donde pasó a las Juventudes
Socialistas de las que fue su secretario en Irún hasta que se incorporó al
servicio militar. Tras terminar el mismo volvió a Hondarribia donde, según su
propia declaración, existía “una célula comunista de la que fue responsable
hasta su traslado a San Sebastián” a mediados de 1935. Este primitivo núcleo
comunista de Hondarribia, al que ya hemos hecho referencia desde estas páginas,
era el que se reunía en la taberna de Casto Sagarzazu al comienzo de la calle
Mayor.
Al
comenzar la Guerra Civil Carrera se encontraba en San Sebastián y tras la
evacuación de la capital de dirigió a Bilbao donde fue designado comandante del
batallón “Gernikako Arbola” que estaba organizándose en la capital vizcaína en
el mes de noviembre de 1936 pero que finalmente no llegó a completarse. Tras la
caída de Vizcaya siguió a las tropas en su retirada hacia Santander y Asturias
desde donde se trasladó a Francia para regresar a España por Cataluña donde
permaneció desempeñando labores de escasa relevancia.
Al
final de la contienda pasó nuevamente a Francia y fue internado en diversos
campos de concentración. Tras su puesta en libertad se trasladó a Bayona donde
comenzó a trabajar en los intentos de recuperar el PCE en el interior de
España.
Jesús
Carrera fue parte activa en la convulsa historia del PCE en la inmediata
posguerra. Como consecuencia de las pugnas internas del comunismo español a
finales de 1941 fue enviado a España a España por el dirigente comunista Vicente
Uribe para entrevistarse con Heriberto Quiñones, el agente de la Komintern que
se había colocado al frente del PCE en el interior tras el final de la Guerra
Civil.
Pero
la actuación principal de Carrera, y que a la postre fue la causa que le llevó
a la muerte, fue su entrada en España en abril de 1942 tras la detención de
Heriberto Quiñones. Carrera fue enviado por el dirigente comunista navarro Jesús
Monzón, con una carta de Vicente Uribe en la que se “desenmascaraba” la
política de Heriberto Quiñones. Del mismo modo, y debido a cierta
infraestructura con la que contaban los comunistas, Carrera colaboraba
activamente en el paso de militantes del PCE por la frontera. Precisamente fue
tras su regreso de un viaje a San Sebastián, para recoger a un grupo de “cuadros”
que entraba en España, cuando fue detenido en Madrid en febrero de 1943. Por
este motivo las razones que se han apuntado tradicionalmente para la detención
de Carrera fue una delación.
La
versión más extendida es que la detención de Carrera se debió a Laureano
González Suárez “Trilita”, asturiano de un pueblo cercano a Trubia, que al
parecer era un agente de la 2-Bis –el servicio de información militar que se
ocupaba de la vigilancia de la oposición- que había entregado a la policía a
varias personas que habían cruzado la frontera con anterioridad a delatar a
Carrera.
Tras
ser detenido Jesús Carrera fue procesado por el Juzgado Especial de Espionaje y,
junto con sus compañeros, fue sometido a
un consejo de guerra que tuvo lugar en Alcalá de Henares el 19 de septiembre de
1944. Como resultado del mismo Jesús Carrera fue condenado a muerte junto con
Alberto Quesada Cerbán. El resto de los procesados, algunos detenidos a raíz de
la delación de “Trilita”, fueron condenados a diversas penas de prisión. La
gravedad de la pena impuesta a Carrera se basaba en que era el responsable, en
ese momento, del PCE en el interior y en que en el momento de su detención se
localizó en su domicilio numerosa documentación relacionada con la actuación
política del partido.
Tras
la detención el PCE puso en marcha un plan de fuga con la intención de salvar a
los militantes arrestados. Varios detenidos con Jesús Carrera lograron fugarse
de la cárcel de Alcalá de Henares dos días antes de la celebración del consejo
de guerra. De los fugados, dos de ellos –Cecilio Martín Borja y Dionisio Téllez
Vázquez- se incorporaron al “maquis” y murieron en enfrentamientos con la
policía en 1947 y 1940 respectivamente. Jesús Carrera no pudo unirse a la fuga
al tener dañada una pierna por las torturas sufridas durante sus interrogatorios
en la Dirección General de Seguridad.
Una
vez conocida la sentencia, el 20 de septiembre de 1944, Jesús Carrera presentó
un recurso contra la misma reconociendo su militancia comunista y su cargo como
dirigente del PCE pero considerando que sus actuaciones no eran merecedoras de
pena tan severa A pesar del recurso la sentencia se confirmó el 2 de noviembre
de 1944 y fue fusilado en el cementerio de Alcalá de Henares el 16 de enero de
1945 siendo sepultado en la zona civil del mismo. Allí permanecieron sus restos
hasta junio de 2018, cuando fueron exhumados por la Sociedad de Ciencias Aranzadi
y trasladados a Hondarribia. Desde ese momento reposan en el cementerio municipal
junto con los de sus familiares.
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