Victoriano de la Serna. Torero y veraneante en Hondarribia.

 

Pedro Barruso Barés



Hondarribia, como ciudad turística, trató de contar con una serie de atractivos, además de los paisajísticos y del clima, para atraer veraneantes o para entretener a los mismos. Está claro que lo que entendemos por ocio en la actualidad no es lo mismo que a finales del siglo XIX y principios del XX. Y también está claro que el perfil del turista de épocas pasadas es radicalmente diferente al actual. Eso explica que desde el consistorio se impulsasen iniciativas como la de dotar a la ciudad de un casino y de una plaza de toros. Estas fueron las concesiones, además de una casa de baños, que obtuvo el empresario Edouard Waldteurfeld en 1869. De todos modos estas concesiones no prosperaron. El casino lo puso en marcha Emile Dupressoir y la plaza de toros no se llegó a construir hasta 1892. Los toros, afición que tampoco cuenta en la actualidad con el predicamento de otras épocas a pesar de que ha contado con grandes figuras del toreo de origen vasco. Entre ellos podemos mencionar a Luis Mazzantini (Elgoibar, 1856), Pedro Basauri Paguaga “Pedrocho” (Eibar, 1893), Cástor Jaureguibeitia Ibarra “Cocherito de Bilbao” (Bilbao 1876), o Augusto Cabrera García “Chatillo de Bilbao” (Deusto 1891). No nos podemos olvidar de Pedro Ipiña “Morenito de Sestao” (Aranzazugoiti, 1903), concejal nacionalista de su localidad natal en 1931, teniente del batallón “Rebelión de la Sal” del Eusko Gudarostea y condenado a muerte en la Guerra Civil tras la rendición de los batallones vasco en Santoña, si bien su pena fue conmutada.

         Quizás en otro momento haya que ocuparse con detenimiento del toreo en Hondarribia, donde existió plaza de toros hasta las últimas décadas del siglo XX, y de la importancia de ésta,  teniendo que competir con plazas de mayor solera como la “El Chofre” de San Sebastián y en la propia Guipúzcoa la de Tolosa -como decían “la plaza más grande del mundo porque no se llenaba nunca”- o Azpeitia. Señalar, solo como curiosidad, que el omnipresente Pedro Muguruza fue el encargado de la reforma de la plaza de toros de Hondarribia en 1930.

Casa natal de Victoriano de la Serna en Sepúlveda

Casa natal de Victoriano de la Serna en Sepúlveda

     Pero relacionando los toros y Hondarribia, en esta ocasión el torero del que nos vamos a ocupar no es vasco. Nos referimos a Victoriano de la Serna, cabeza de una dinastía de toreros de varias generaciones, que nació en Sepúlveda (Segovia) en septiembre de 1908. De la Serna fue uno de los toreros más destacados de los años treinta y tomó la alternativa el 29 de octubre de 1931. De todos modos, su trayectoria es un poco extraña, ya que se trata de un militar de carrera y médico, se licenció en 1933, cuando ya se dedicaba al toreo. En los años siguientes fue uno de los toreros más populares pese a que el 7 de agosto de 1932 sufrió una grave cogida en la plaza de toros de San Sebastián. En los años siguientes toreó en numerosas ocasiones. Durante la Guerra Civil fue médico militar en las filas del ejército franquista. Ejerció en el hospital que se habilitó durante la guerra en el Seminario Diocesano de Pamplona y que se llamó Hospital Alfonso Carlos. Se retiró en 1940 pero en 1943 regresó a los ruedos retirándose definitivamente en 1944.

En 1938 el arquitecto Pedro Muguruza le diseñó una villa en el ensanche del Puntal, posiblemente el primer proyecto del arquitecto que se materializó en Hondarribia desde la proclamación de la II República. Muguruza diseñó para él un chalet situado en la esquina de la hoy Avenida del Bidasoa con los jardines de Ugarte. Se trataba de un edificio de una planta con un torreón en la esquina. Al parecer el diseño no fue del agrado de De la Serna y Muguruza realizó otro proyecto de un edificio con dos plantas. Esta segunda solución que planteó el arquitecto es la que se llevó a cabo. La casa constaba de sótano y planta baja, en lugar de dos plantas y sótano como se previó en el primer proyecto. En el segundo proyecto se mantuvo el torreón en la esquina izquierda de la vivienda. El proyecto generó una dura polémica entre el arquitecto municipal –y futuro alcalde- José Ángel Fernández de Casadevante. A pesar de ello la presión de Sagarzazu hizo el que el proyecto siguiese adelante en los términos propuestos por el arquitecto

Casa de Victoriano de la Serna en Hondarribia diseñada por Pedro Muguruza.

Victoriano de la Serna, como podemos ver, responde al modelo de turista que se pretendía atraer a la Hondarribia del primer franquismo. Se trataba de un veraneante perteneciente a la alta sociedad de la época, partidario del régimen (son varios los personajes destacados de la época con villa en Hondarribia como José Múgica Múgica -fundador de “El Diario Vasco” y ex alcalde de San Sebastián- o el escritor antisemita y germanófilo Juan Pujol) y que buscaba contar con una residencia representativa y realizada por el arquitecto de moda.

De todos modos la villa sufrió numerosas transformaciones. En 1946 su nuevo propietario, Antonio García Alegre amplió la villa con una segunda planta, En 1967 su propietaria reformó su interior y que supuso el primer paso en la desaparición del proyecto de Muguruza. Su lugar lo ocupa la actual VillaTxingudi” , situada en el lugar de la casa que para el torero Victoriano de la Serna diseñó el arquitecto Pedro Muguruza. Víctor de la Serna murió en Almodóvar del Campo en mayo de 1981.

Comentarios