Maquis en Hondarribia (I)


Tras la derrota de los alemanes en Francia, a raíz del desembarco en Normandía de los aliados, la oposición antifranquista pensó que la caída del régimen estaba cerca lo que hizo que redoblase sus esfuerzos para provocar la caída de Franco. Sin embargo, el fracaso de la invasión del Valle de Arán, en octubre de 1944, dio paso a una nueva estrategia que consistió en la infiltración de pequeños grupos que debían poner las bases de la creación de grupos armados en el interior peninsular y uno de estos grupos debía infiltrase en España por la costa de Hondarribia.
La historia que recuperamos arranca en noviembre de 1944 en el “Hotel Bristol” de la localidad francesa de Pau. En aquel momento era el cuartel general de 102 División de Guerrilleros Españoles y había participado en la liberación del sudoeste francés. Al mismo fueron convocados a un grupo de guerrilleros formado por Pedro Barroso Segovia -como responsable del mismo-, Regino González Moro, Javier Lapeira García,  el irunés Marcelo Usabiaga y Francisco Gandía. También se convocó a un segundo grupo formado por José González Suarez, Esteban Huerga Guerrero, Manuel Micó Bertomeu, Nicolás Chopitea Paralizabal, Víctor Lecumberri Arana “Otxabiña”  y Victoriana Castán del Río.
Armamento intervenido a los maquis en una de las mochilas localizadas en el caserío Kontsulenea. Fuente: AIMNO. Burgos 707/44.

La misión era infiltrase en España por Hondarribia, en los días 18 y 20 de noviembre de 1944. Para poner en marcha su objetivo los maquis entraron en contacto con el también irunés Kepa Ordoki, quien les puso en contacto con Bernardo Zamora Iriarte, conocido como “Beñak”, “Beñac” o “el contrabandista”, quien se comprometió a pasar al grupo desde Hendaya al precio de 1.000 pesetas por persona. De todos modos, mientras el grupo se preparaba para el cruce de la frontera las autoridades franquistas “recibieron noticia de la demarcación de Irún de un proyecto de paso clandestino desde Francia que había de realizarse por el término municipal de Fuenterrabía” lo que aumentó la vigilancia de las autoridades.
El primer grupo partió de la costa francesa la noche del 18 de noviembre pero el estado de la mar les impidió desembarcar en Jaizkibel como estaba previsto. Tras bordear el cabo Higuer el desembarco se llevó a cabo en la “playa de los frailes” en las inmediaciones de Hondarribia. Tras desembarcar los maquis escondieron las armas en una meta del caserío “Kontsulenea” y se dirigieron al lugar donde Los integrantes del primer grupo pasaron la primera noche, en el caserío “Mendeluazpi[1]” (en realidad se trataba del caserío Medeluberri, pero respetamos la forma que aparece en los documentos). En dicho caserío debían esperar la llegada del enlace – el irunés Jesús Aguilar- conocido de Usabiaga desde la época de la II República.
Tras el desembarco, y según Marcelo Usabiaga, el grupo había perdido un cargador de una de las metralletas “Sten” que portaban. Éste había sido localizado por un soldado del fuerte de Guadalupe lo que puso en alerta a la policía española. El segundo grupo, desconocedor de esta circunstancia, se hizo a la mar y penetró igualmente en territorio español el día 20 de noviembre de 1944.
La pérdida del cargador puede ser cierta, aunque esta circunstancia no se menciona en ningún documento. Todo parece indicar que la caída de los maquis se debió a una serie de  circunstancias. La primera de ellas, tal como se deduce de un informe policial,  es que ésta había tenido noticia el 22 de noviembre, “por confidencias particulares”, que en el caserío Mendelu (sic) “se encontraban allí diez “maquisards” y que si no se habían marchado ya, pensaban hacerlo enseguida”. En un informe de la comisaría de Irún se relata que esa misma noche se comprobó que la noticia era cierta y se detuvo a la familia que habitaba en el caserío, quienes confirmaron el paso de los maquis tras “intensos y continuos interrogatorios”. La segunda razón puede ser que, desde el fracaso de la invasión del valle de Arán, la policía conocía el cambio de táctica del maquis basado en el paso de pequeños grupos. A consecuencia de esto “vigilaban hace tiempo a Beñac que hacía frecuentes viajes a Francia donde se entrevistaba con Manuel Vega Martín, comunista irunés huido a Francia tras la evacuación alemana”.
Tras el paso de los maquis acudió al caserío “Mendeluazpi el enlace. Este era Jesús Aguilar del Olmo, que por aquel entonces trabajaba de jefe de almacén en “La Palmera”. Su misión era guiar a los guerrilleros a un lugar seguro en San Sebastián y, según Usabiaga, era el “responsable de las guerrillas en la zona de Irún . Tal como recoge Usabiaga, Aguilar mostró su enfado ante la llegada del grupo y manifestó que no comprendía como los mandaban sin un aviso previo. En esas condiciones Aguilar dijo que no les podía proporcionar ninguna dirección donde ocultarlos aunque finalmente les dio la dirección en San Sebastián de otro irunés, Francisco Lirio Boada que vivía en el nº 2 de la entonces calle Tercio de Oriamendi (Calle Autonomía en la actualidad). A su vez el segundo grupo había entrado el día 20 y también pernoctó la primera noche en el caserío “Mendeluazpi”. En este segundo paso entró en España  la única mujer del grupo, Victoriana Castán del Val. Tras la primera noche el grupo se dividió. Victoriana Castán se trasladó a casa de María Frías, otra colaboradora de los guerrilleros, en el Paseo de Colón de San Sebastián.
Al no poder refugiarse donde estaba previsto los guerrilleros decidieron ir a la dirección que tenían prevista inicialmente; en el número 2 de la calle Campanario de la Parte Vieja donostiarra que pertenecía a Tomasa Aramayo  Echeverría En su casa pernoctaron los integrantes del primer grupo junto con Chopitea y Micó del segundo. De todos modos tampoco este refugio era seguro y tuvieron que trasladarse nuevamente, ahora a la calle San Martín 16, donde se refugiaron en casa de Ponciano Domínguez Blanco, tío de Remigio Moro. Con los dos grupos en San Sebastián los guerrilleros mandaron un mensaje a “Beñac” para que les trajese las armas que habían escondido en una meta en el campo tras el desembarco en las inmediaciones del caserío Kontsulenea en el que residía Francisco Berra Olaso. Desde el piso de la calle San Martín los maquis comenzaron a moverse. González Moro se desplazó a Vitoria y regresó a San Sebastián.González Suarez se trasladó a la capital donostiarra y Huerga y Lecumberri fueron a Ormaíztegi –donde contactaron con Alejandro Irizar Urquiola “el maestro” que era el secretario municipal y les proporcionó salvoconductos falsos- y a Eibar y Zumárraga. Por su parte Barroso, Francisco Gandía y Lapeira se trasladaron a Bilbao donde establecieron diversos contactos, regresando el último a San Sebastián.


Pedro Barruso Barés





Comentarios

  1. Muchas, muchas gracias por hacer publica la verdadera historia. Gracias

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    1. A ti por seguir este blog y leernos. Esperamos que te sigan interesando las historias que iremos contando

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