La taberna de Casto Sagarzazu. El espacio social de la izquierda en Hondarribia.




            Antes de la Guerra Civil los espacios de sociabilidad jugaban un papel destacado en la vida cotidiana. Además de los casinos y centros de recreo existían otros, mas ligados a las ideologías políticas, que ocupan un espacio significativo. En orden cronológico de aparición éstos fueron las casas del pueblo, que siguiendo el modelo alemán se desarrollaron con vigor en España a la par que el movimiento socialista, los centros obreros, vinculados a los sindicatos organizados por la iglesia católica para contrarrestar la influencia del socialismo entre los trabajadores, y los batzokis, caso particular del nacionalismo vasco pero que surgieron con la pretensión de aglutinar a las diversas organizaciones nacionalistas de una localidad.
            En el caso de Hondarribia salvo el batzoki, creado en los años treinta, no encontramos espacios de sociabilidad ligados a la actuación política de manera directa. En el ámbito político si podemos mencionar el círculo Republicano de la Calle Mayor y la sede del Sindicato de Trabajadores de la calle Tiendas, ambos ianugurados en la II República, La escasa presencia de obreros industriales en la ciudad hizo que en ella no se crearan organizaciones de trabajadores ligadas a la iglesia y muy tardíamente, ya en la II República, aparecieron organizaciones obreras relacionadas con la izquierda pero que, a diferencia del nacionalismo, no contaron con un espacio de sociabilidad propio. Pero que no tuvieran uno propio no quiere decir que no tuvieran un lugar de reunión, y este fue la taberna de Casto Sagarzazu en la calle Mayor nº 31.
            Para elaborar estas líneas hemos contado con la inestimable ayuda del pintor hondarrabitarra Javier Sagarzazu Garaikoetxea, que nos ha cedido la foto que publicamos, y que nos facilitó los datos de gran interés. En la conversación con Javier éste nos narra como la taberna de Casto Sagarzazu Campandegui (1884-1943), situada en la casa Iñaerrena, se fundó en 1913 cuando éste y su mujer, Candelaria Olasagasti Mendizabal (1885-1964), la arrendaron a su propietaria que no era otra que Alejandra Urtizberea Laborda (1885-1963), esposa de Francisco Sagarzazu Sagarzazu (1888-1975), que sería alcalde en la Dictadura de Primo de Rivera y luego en el franquismo. También Casto fue concejal durante la Dictadura de Primo de Rivera, entrando a formar parte del Ayuntamiento en 1924 y luego formó parte de la candidatura encabezada por Francisco Sagarzazu en 1931 pero no fue elegido. La etapa de la Dictadura de Primo de Rivera en Hondarribia y los mecanismos políticos de la misma son cuestiones todavía pendientes de investigar.
            A diferencia de Casto, que podemos suponer que tenía una ideología poco definida, como era habitual en aquella época, su esposa -Candelaria Olasagasti- si tenía una ideología más izquierdista que al parecer heredó su hijo Manuel Sagarzazu Olasagasti (1910-1978. Este tenía una ideología mas izquierdista y posiblemente formó parte, o estuvo cerca, del grupo vinculado a Socorro Rojo Internacional del que formaban parte Jesús Carrera o Juan Pezón, dirigentes del núcleo izquierdista que se desarrolló en Hondarribia en los años finales de la II República. Posiblemente por este motivo la taberna de Casto Sagarzazu tomó la fama de ser el lugar de reunión de las izquierdas cuando ya existía en Hondarribia el batzoki, en la Marina, y el Círculo Republicano en la calle Mayor. Los documentos de la época recogen como en el lugar se reunían los integrantes del Sindicato de Trabajadores de Hondarribia, vinculado a la UGT pero dirigido por personas cercanas o pertenecientes al PCE antes de la creación de la sede sindical en la calle Tiendas.
            Con la llegada de la Guerra Civil se produjo la movilización. Manuel Sagarzazu fue uno de los milicianos que hicieron guardia en el Paseo de Butrón y en el fuerte de Guadalupe. Ante la llegada de las tropas sublevadas pasó a Francia, lo mismo que hizo su familia incluido el propio Casto. Se da la circunstancia de que con la premura del éxodo el perro de la familia quedó en Hondarribia y fue Teodoro Araneta, hermano de Margarita de quien ya nos hemos ocupado en otro artículo y también represaliado, quien llevó el perro a Hendaya en su barca.
            En Hendaya, según relata Javier Sagarzazu, una tal madame Vecq, de la que por ahora no podemos dar mas detalles, fue la encargada de buscar alojamiento a los refugiados. Tras el éxodo se planteó la cuestión del regreso. Pero, como era frecuente en estos casos, éste podía ser sencillo, como fue el de Casto. Esto no le libró de sufrir periódicas presiones por parte de algunos franquistas que trataban de saber el paradero de sus hijos. Mucho más complejo fue el regreso de Manuel Sagarzazu. Al encontrarse en edad militar no pudo volver a España ya que hubiera sido enviado inmediatamente a las filas del ejército franquista. En el país vecino le sorprendió la invasión alemana de Francia y fue enviado a un “chantier” -explotaciones forestales- en las Landas a cortar pinos. A su regreso a España, durante la Segunda Guerra Mundial, fue enviado a un batallón de trabajadores del que fue puesto en libertad en 1943.
            Tras su liberación Manuel Sagarzazu regresó a Hondarribia y regentó tras la muerte de Casto la taberna familiar. Durante el franquismo las acusaciones de izquierdista y las referencias a este posicionamiento político fueron constantes. Javier Sagarzazu recuerda las detenciones periódicas de su padre y una en especial, en la que el tristemente célebre Melitón Manzanas le requirió a la comisaría de Irún donde le retuvo hasta que se demostró que se habían equivocado de persona. También era frecuente la presencia policial en la taberna, sobre todo coincidiendo con el Aberri Eguna, en una clara muestra de la presión que sufrían los que el régimen consideraba desafectos.
            Esta presión se dejaba sentir también desde la alcaldía de Hondarribia. Javier Sagarzazu recuerda dos anécdotas que reflejan la época y al personaje. El alcalde Francisco Sagarzazu manifestó a los hijos de Manuel, y de otras personas consideradas de izquierdas, “que sus padres estaban equivocados” a lo que añadió que “si no es por Franco estabais en Siberia”. La otra anécdota tuvo lugar el 12 de abril de 1947, con motivo de la inauguración del monumento a San Juan de Dios que se encuentra en la entrada de Hondarribia. Sagarzazu, muy dado a las grandes ceremonias, aceleró la finalización del monumento para hacerla coincidir con la celebración de un congreso hispano luso en San Sebastián. El alcalde hizo llamar el día de la inauguración, a las cuatro de la mañana, a Manuel Sagarzazu para que preparase café para los obreros a lo que éste se negó ya que la cafetera estaba apagada. A los pocos días Manuel tuvo que acudir al Ayuntamiento donde el alcalde le manifestó que el café no era para él sino para “esos obreros a los que tanto defendía”.
            A pesar de su larga militancia izquierdista, y en palabras de su hijo, Manuel quedó  desengañado de la actuación política de la izquierda y “aunque era muy partidario de Rusia, hablaba poco.  El 13 de febrero de 1972, tras la jubilación de Manuel la taberna cerró perdiendo su carácter de lugar de sociabilidad de la izquierda lo que la convierten en uno de los lugares de memoria de Hondarribia.


Pie de foto:
De izquierda a derecha: Alfredo Bustos, Juanito Sagarzazu, Joaquina Sagarzazu, Ramona Garaikoetxea, Mª Cruz Sagarzazu y Manolo Sagarzazu (Foto cortesía de Javier Sagarzazu)


Pedro Barruso

Comentarios

  1. Es maravilloso conocer toda esta historia de mi País. Cuando he regresado después de 50 años en2011 me encuentro bastante perdida y no entiendo nada de lo que ahora está sucediendo. Me encantaría hablar directamente con el bloguero. Muchas gracias y buena salud.

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  2. Es maravilloso conocer toda esta historia de mi País. Cuando he regresado después de 50 años en2011 me encuentro bastante perdida y no entiendo nada de lo que ahora está sucediendo. Me encantaría hablar directamente con el bloguero. Muchas gracias y buena salud.

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    1. Buenas tardes Nekane, me puedes escribir a pedro.barruso@gmail.com

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