Ramón Iribarren: El hombre que estudiaba las olas (I).

La desembocadura del Bidasoa era tradicionalmente temida por los navegantes. La barra de la desembocadura había dificultado el acceso al estuario desde tiempos remotos. Esto, que en tiempos de guerra era una ventaja, pues los buques enemigos no podían acercarse a las fortificaciones de la ciudad, en tiempos de paz era una desventaja. Como recoge Ernesto Goiricelaya, en un documento de 1480, se hace notar la peligrosidad de la barra formada al entrar en contacto las aguas del río con las del mar. Los problemas ocasionados por la barra fueron constantes a lo largo de la historia, como constantes fueron los intentos de mejorar la situación. Sin entrar en demasiados detalles diremos que la barra frustró el apoyo naval cuando las tropas de Lacy Evans atacaron Hondarribia, en la Primera Guerra Carlista y que en 1881 se decidió fijar la barra con la construcción de un canal de piedra junto a Arroka Punta pero que no se llevó a cabo por la falta de dinero. Ya en el siglo XX la barra si...